martes, 29 de marzo de 2016

Un buen puñado de razones por las que el teatro NO es aburrido



El desconocimiento crea el rechazo, nos dice Ángel Montesdeoca. Este joven actor no habla de ninguna clase de discriminación, sino del teatro. "Los jóvenes lo ven como algo lejano, les resulta raro y prefieren evitarlo. Piensan que se aburrirán siendo espectadores de una obra teatral".

El próximo 20 de abril termina el plazo para inscribirse en la 13ª edición de los Premios "Buero" de Teatro Joven Coca-Cola, el mayor concurso de teatro joven de España. Varios actores de dos de las obras ganadoras a nivel nacional en 2015 -La noche del oso del IES La Nucia (Alicante) y Hoy es Fiesta del IES Valle del Ebro- nos dan sus razones de peso para sentarse en la butaca y disfrutar de un espectáculo en 3D real. "Aunque no haya efectos especiales, ni música épica y en los momentos de acción lo único que se vea sea una sustancia que quiere parecerse a la sangre”, como comenta Cristina Osta.

En primer lugar, “cuando hay pasión, que es lo que pone la gente que de verdad ama la escena, nada puede ser aburrido”, asegura Iñaki Parra. "El teatro es como ver una película en directo", apunta Andrea Sarnago, en la que ese mundo irreal “está al alcance de la mano, casi podemos tocar a nuestros héroes y villanos, oler el ambiente, saborearlo”, señala por su parte María José Esteban, directora del grupo de teatro escolar Valle del Ebro.

Su alumna Paula Hervás abunda en la magia de esa cercanía actor-espectador: “Con ella, la historia te envuelve y te hacer sentir emociones muy intensas, desde sufrir la muerte de un personaje al que has cogido mucho cariño hasta reírte de una situación ridícula con la que te identificas. Te olvidas de que un grupo de personas actúan para ti, y lo que está ocurriendo en ese mismo instante es tu realidad”. A todo ello, Manel Gimeno, director del grupo teatral escolar Gaudint Teatre, añade la diversidad de lenguajes y recursos teatrales: “luces, música, coreografías, texto, lucha escénica, escenografía”.
©Los ganadores de los Premios "Buero" de Teatro Joven Coca-Cola 2015, en la gala de entrega de los galardones en Madrid.

El teatro, una herramienta para mejorar las habilidades sociales

Un arte que no solo es importante por lo que hace sentir a público e intérpretes, sino también por lo que enseña. “De toda obra teatral se puede extraer algo, desde una pequeñez que te hace comerte la cabeza durante unos minutos, hasta aquello que te lleva a replantearte por completo tu forma de vida y de pensamiento”, afirma Pablo Vera. En este sentido, Iñaki Parra considera que “para el público, puede suponer la reafirmación de conductas o su ruptura, así que es una herramienta importantísima para ayudar a la sociedad a ser más tolerante y respetuosa”. En opinión de Saray Torres, “las comedias te enseñan a tomarte la vida con más alegría; por el contrario, con el drama relativizas y ves que hay situaciones peores que la que tú estás viviendo”.

Para los que hacen teatro, “este enseña a pensar de manera más lúcida, a expresarse mejor, a emocionarse sin vergüenza, a mostrar mayor empatía con los demás, a desinhibirse en acciones que normalmente nos ruborizarían”, enumera Pablo Vera. “En definitiva, sirve para mejorar las habilidades comunicativas y sociales”, resume su profesor Manel Gimeno.

Con tantas ventajas, ¿por qué los jóvenes no van más a los patios de butacas? Todos coinciden en que hay que educar en teatro desde la escuela, ofrecer precios más asequibles y programaciones de teatro juvenil en todas las salas del país.En el instituto de La Nucia, los propios alumnos han ido aprendiendo de teatro, como público, a la vez que nosotros lo hemos hecho como actores”, se lamenta Alfredo Teja. Este estudiante, como el resto de los citados, anima a apoyar con determinación las artes escénicas. Su razón también es de peso: “el teatro tiene la suficiente magia como para enamorar a todo el que se atreve a probarlo”.

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